Hace unos días, los vecinos de Montigalà dieron la voz de alarma y denunciaron públicamente que llevan meses sufriendo ocupaciones ilegales en sus edificios. Unas ocupaciones que están generando problemas de convivencia muy graves que les afecta, y mucho, en su día a día.
Desde hace meses, la falta de seguridad que se vive en determinados barrios está provocando que estas ocupaciones estén creciendo de forma alarmante. Son muchos los edificios que tienen algunos de sus pisos ocupados y los vecinos se encuentran totalmente indefensos ante las situaciones, algunas de ellas hasta peligrosas, que provocan.
Lo que es más indignante, si cabe, es la respuesta que se les da por parte del Ayuntamiento cuando van a pedir ayuda: es lo que hay. Sin más. La alcaldesa de la CUP, que lo es gracias al apoyo del PSC, gira la espalda totalmente a los vecinos justificando las ocupaciones y no dando ninguna solución a aquellos que quieren vivir tranquilos en sus casas. Por eso no es de extrañar que los vecinos, además de tener que soportar el calvario que es sufrir la convivencia con estos incívicos, se sientan abandonados por parte de los que deberían ayudarles y darles una respuesta. Esto es lo que pasa cuando desde el Ayuntamiento se dice que Badalona es una ciudad segura, que no pasan cosas, que no se viven situaciones límite y que no existen problemas. No hay más ciego que el que no quiere ver, y está claro que desde los despachos no se ve la realidad de la ciudad. Y el gran problema de esta miopía de la Alcaldesa es que con esa actitud está perjudicando gravemente a los vecinos. Está claro que resolver el problema de las ocupaciones no es sencillo, pero negando la realidad ni mucho menos se va a conseguir. No lo merecen ni los vecinos de Montigalà, que son los que han denunciado públicamente su situación, ni ningún otro que también lo esté sufriendo.
