Desde que la CUP gobierna en Badalona, muchos vecinos hemos podido compro – bar cómo el incivismo más alarmante se ha apoderado de nuestras calles. Son muchas las zonas en las que pasear cuando cae la noche es realmente peligroso y otras en las que los vecinos tienen que convivir con aquellos que no se comportan. Y, lo que es peor, actúan de esta forma con el pleno consentimiento del actual Ayuntamiento. Un claro ejemplo lo tuvimos hace unas semanas, cuando en Llefià se celebró un concierto de música de casi 20 horas de duración. Por cierto, un concierto en el que actuaban algunos cantantes que han sido condenados por humillar a las víctimas de atentados terroristas. Las consecuencias de este desfase fueron tremendas: los portales de los edificios de los alrededores de la plaza del Gran Sol se convirtieron en un auténtico wáter público, el alcohol y la droga camparon a sus anchas y al día siguiente las condiciones en las que se encontraba el parque eran lamentables. Un concierto que autorizó y pagó el Ayuntamiento. Y hace unos días vivimos exactamente la misma situación en Canyadó. Por segundo año consecutivo, el Ayuntamiento autorizaba un concierto un día entre semana, sin avisar a los vecinos y en el que nuevamente la Guardia Urbana se vio desbordada ante la avalancha de personas sin ningún tipo de control que allí se concentraron. Las consecuencias volvieron a ser nefastas: peleas multitudinarias, gente orinando y vomitando en los edificios, centenares de botellas rotas, suciedad por todos lados y personas consumiendo drogas sin control. Todo esto es lo que el gobierno de la CUP, que tiene el apoyo del PSC, permite que pase en Badalona. No importa ni el bienestar de los vecinos, ni la seguridad, ni el mantener las plazas públicas en las mejores condiciones, etc. Aquí para lo único que los responsables municipales utilizan el Ayuntamiento es para autorizar y pagar con el dinero de todos las fiestas de sus amigos.